Agua con lejía, el no tan novedoso desinfectante multisuperficies

El agua con lejía ha sido el desinfectante estrella de toda la vida, desde que tengo uso de razón hasta que llegaron los productos de limpieza de última generación; mucho más seguros y ecológicos, pero que comparten características biocidas, bactericidas y fungicidas con ella.
Por desgracia, a causa de su efectividad durante la pandemia del Covid-19, y a pesar de sus efectos nocivos para el medio ambiente, parece que la lejía ha vuelto para quedarse con nosotros durante una larga temporada.
Así que, como no nos queda otra que recurrir al también llamado hipoclorito de sodio, por lo menos seamos responsables y usemos la lejía con precaución, y sobre todo en la proporción adecuada.
Porque, aunque estemos familiarizados con la lejía doméstica o lavandina, sea económica y muy fácil de conseguir, no está exenta de peligros, y no podemos utilizarla a lo loco.
La lejía es un producto alcalino, oxidante y corrosivo que descompone la materia orgánica
Por eso, en este post te descubrimos cómo preparar un producto de limpieza a base de agua y lejía para desinfectar tu hogar de forma correcta.
Cómo preparar un desinfectante a base de agua con lejía
Este es el preparado que utilizo en casa para desinfectar las superficies y los productos envasados de la cesta de la compra: latas, tarros, tetra briks, bolsas…
Lo ideal es preparar la mezcla en un envase con pulverizador, atomizador, flis flis, fus fris, chus chus… que debe ser opaco, con tapa y de plástico, para que el preparado no se descomponga u oxide.
La lejía es sensible a la luz y al oxígeno
Si el recipiente es reciclado, súper importante lavarlo previamente. Te aseguro que no querrás que haya restos de ningún producto que pueda reaccionar con la lejía.
Para fabricar un desinfectante doméstico a base de agua y lejía seguro, debemos diluir la proporción justa de lejía, que es aproximadamente un 0,1%, o las famosas 2 cucharadas soperas de lejía por cada litro de agua.
El agua debe estar fría
Llevan todo el confinamiento diciendo que con agua caliente solo ayudaremos a que el cloro se evapore antes, haciendo perder efectividad al producto y arriesgándonos a sufrir una intoxicación mientras lo preparamos.
Para un desinfectante 100% efectivo, intenta renovar el agua con lejía cada día, porque a medida que pasa el tiempo va perdiendo efectividad.
Usos para el desinfectante casero de agua y lejía
Partiendo de la base de que la lejía es un buen desinfectante pero “no un buen limpiador”, entenderemos que no podemos confiar el trabajo de “limpieza” a nuestro preparado de agua y lejía.
Será más adecuado un primer pulverizado con nuestro desinfectante, para más tarde lavar con agua y detergente. Con esto nos aseguramos la desinfección por parte de la lejía, así como la limpieza y desodorización por la del detergente.
Este multiusos es ideal para “descontaminar” cualquier tipo de superficie (suelos, baños, cocina…), eliminar el moho de neveras, azulejos, lavadoras… e incluso desinfectar objetos y productos que vengan del exterior.
La lejía es capaz de eliminar virus, bacterias, hongos, algas… y los malos olores. Lástima que a veces sea peor el propio aroma de la lejía 😉
Ah, y cuidado con la ropa!!!