Piercings. Historia, tipos, cuidados, recomendaciones y problemas

Nuevamente nos encontramos ante un término inglés «piercing», que significa «agujerear, perforar o atravesar» y al que toda la vida hemos llamado llevar pendiente.
Hacerse piercings no es una moda pasajera ni mucho menos exclusivo de la actualidad. Estoy segura de que permanecerán en el tiempo tanto como la propia humanidad, pues los piercings no son una evolución rebelde de los clásicos pendientes, sino una forma de expresión corporal un tanto artística.
Si nos remontamos en el tiempo advertiremos que «desde siempre» y «casi cualquiera» ha llevado pendientes a modo de abalorios por diferentes motivos.
Los pendientes en las orejas impedían a los malos espíritus entrar por los oídos
De hecho, hasta las vacas llevan piercings 😉
Llegados al punto en que hacerse un piercing es «lo más normal», es importante conocer todo sobre los piercings, y por supuesto cuáles son las precauciones previas y qué cuidados debes proporcionar a los piercings de cualquier parte del cuerpo.
La definición de pendiente
Allá donde busquemos veremos como definición de pendiente «un aro o arete que sirve como ornamento para decorar el cuerpo y que pende de alguna de sus partes«.
Los que podían permitírselo complementaban estos aretes con colgantes decorativos (pendientes), que formaban arrancadas (los pendientes más grandes), utilizando gemas, perlas, piezas de orfebrería o lo que tuvieran a mano con cierto valor.
Como dato curiosos, encontrarás en la definición de pendiente el término zarcillo haciendo referencia a un órgano de las plantas trepadores como la zarza (con cierta similitud a los piercings), que les permite asirse y trepar por cualquier superficie.

El pendiente como origen del piercing
A lo largo de la historia los pendientes no han tenido solamente una finalidad ornamental o de evidente demostración de estatus social. Los pendientes también hacían las veces de amuletos sanadores o talismanes de buena suerte.
Se dice que los piratas conseguían sus pendientes a modo de trofeo tras bordear los peligrosos Cabo de Hornos, Cabo de Buena Esperanza o Cabo de York, y que más tarde podrían ser usados como pago de su propio entierro.
Los arqueólogos han encontrado aretes en restos de tumbas fechadas cuando el hombre comenzaba a dominar los metales, y les consta que usaban pendientes en la nariz.
En ese caso, ¿estaríamos ante los restos de los primeros piercings?
Pues no. Este hecho no indica el momento preciso en el que se empezaron a usar los piercings, ya que algunas tribus primitivas, que por cierto siguen habitando el planeta, usaban plumas, huesos o espinas en lugar de metales. Restos que no habrían sobrevivido hasta la fecha y podrían ser anteriores a los piercings metálicos.
Prueba de ello son las imágenes vistas en documentales, donde las tribus sudamericanas africanas, indias, indonesias… o los mismísimos indios nativos americanos, usaban algún tipo de perforación junto con un abalorio para indicar el paso de niñez a madurez, la pertenencia a un clan o el rango jerárquico.
Pero volviendo al presente y a nuestra cultura, el uso de pendientes o piercings ya no se limita a las orejas o la nariz. El piercing llegan a cualquier parte de nuestro cuerpo, sea visible o no visible. Y sus objetivos, como antaño, pueden ser variados: culturales, espirituales, decorativos o incluso sexuales.
Lo que sí está claro es que, aunque insistamos en llamar piercings a los pendientes, es a la técnica de agujerear el cuerpo a la que se le llama piercing.
¿Qué es un piercing?
Sabiendo que no hablamos del objeto sino del proceso, entenderemos que un piercing es una técnica de modificación corporal que permite insertar un pendiente mediante una perforación.
¿Cuántos tipos de piercings hay?
Los más habituales son los piercings en la nariz (Nostril) y en las orejas (Helix); los típicos de la aleta nasal o la parte alta de la oreja. Sin embargo, pretender enumerar todos los tipos de piercing que existen sería como hacerlo con los cortes de pelo. Algo imposible.
El lugar del cuerpo escogido para implantarse un piercing es tan variado como el nombre propio que recibe la perforación.
Para hacernos una idea de la cantidad de piercings que existen vamos a agruparlos según la zona del cuerpo.
- 1. Piercing en la orejas.
- 2. Piercing en la nariz.
- 3. Piercing en la boca.
- 4. Piercing en la cara.
- 5. Piercing en el cuerpo.
Piercings en las orejas
Entre los piercings de las orejas se incluyen los del lóbulo de toda la vida, cualquiera de sus variaciones y los realizados en el cartílago en cualquier parte de la oreja.
Estos son los piercings más aceptados socialmente y tal vez por ese motivo los piercings que pasan más desapercibidos.
No es casualidad que alguno de los muchos nombres que reciben los piercings de las orejas corresponda con la parte de la misma donde se realiza el orificio, o tenga mucho que ver con ella.
Por ejemplo, el piercing Tragus se realiza en el «trago» de la oreja y el piercing Caracol atraviesa una parte llamada «concha». Otros ejemplos similares los encontraremos con los Antitragus, Helix, Antihelix…
Como referencia visual, a continuación te mostramos una imagen de piercings en la oreja en la que nombramos algunos de ellos.

Entre los pintorescos nombres de los piercings de las orejas encontrarás otros como: Rook, Industrial, Industrial vertical, Daith, Orbital, Snug, Ragnar… que tendrán nombres diferentes solo por cambiar su disposición unos milímetros.
Piercings en la nariz
Aunque lo cierto es que actualmente se han roto muchos estereotipos, los piercings en la nariz son para personas más atrevidas. Puesto que en este caso estamos ante un tipo de piercing que sí es visible a simple vista.
Si hablamos de la zona cercana a las fosas nasales, la variedad de tipos de piercing en la nariz es bastante limitada. No obstante, si contamos con cualquier parte de la nariz el número de posibilidades aumenta.
Los piercings de nariz más habituales son el Nostril y el Septum.
El piercing Nostril se realiza en una de las aletas nasales y es el piercing nasal más discreto porque queda en un lado. Por su parte, el piercing Septum es el que está más de moda y a la vez el más descarado, pues atraviesa la carne bajo el cartílago central de la nariz.
Para las más radicales existen otros tipos de pendientes en la nariz como el Bridge; que atraviesa la piel a la altura de los ojos, o el Rino; en el que se atraviesa la punta de la nariz verticalmente.
Esto no significa que no existan más tipos de piercings en la nariz. Hay tantos y con nombres tan exóticos como partes de la nariz puedas perforar (Nasallang, Septril…).
Piercings en la boca
Por el momento vamos disminuyendo el grado de discreción, pues los piercings orales no son para cualquiera. No obstante, estos indiscretos piercings de boca cuentan con una diversidad enorme de modelos, por las posibilidades que ofrecen labios y lengua.
Piercings en la lengua
Para muchas el piercing en la lengua fue su primer piercing por ser unos de los menos visibles. Algunas lo decidieron como mejor opción, pero no contaron con la hinchazón que provoca y en cómo las delataría su forma de hablar.
Imagina a tus amigas intentando guardar silencio absoluto pretendiendo evitar lo que es inevitable: que sus padres no se enteren 😉
Empezando por lo más profundo de la boca tenemos el piercing de lengua tradicional; que taladra la lengua de arriba a abajo (vertical) en su parte central. Método y orientación que también puede llevarse a la punta de la lengua.
Volviendo a la zona central puedes hacerte un piercing Venom; que a la vista es como si llevaras dos tradicionales uno al lado del otro. La técnica consiste en realizar dos agujero paralelos a lo ancho de la lengua. Tiene una versión light, en la que no se profundiza tanto que se llama Surface.
Las más atrevidas optan por el piercing Ojos de Serpiente (snake eyes), bien visible y a ambos lados de la punta lingual.
El anverso de la lengua no está exento de posibles perforaciones que en ese caso se llaman de frenillo o piercing Marly.
Piercings en el labio inferior
Los clásicos del labio inferior son los piercings Labret. Un solo orificio que se practica un poco más abajo de donde termina el labio inferior, de fuera hacia adentro.
Cambiando un poco la disposición encontraremos las versiones Labret lateral, vertical y horizontal. La diferencia con el Labret, es que en estas se practica la perforación en vertical u horizontal de arriba a abajo o de lado a lado del labio.
Otros tipos o configuraciones de piercings de labio inferior son Ashley; en la que se hace una sola perforación en la parte central visible del labio inferior, la Picadura de Serpiente (Snake Bites); con dos perforaciones en horizontal bajo el labio y a los lados, y todas sus variantes con pendientes y nombres curiosos: Mordedura de Tiburón, de Araña…
Pero con tanta variación seguro que te has hecho un lío. Así que te dejo unas imágenes de piercings de labio inferior.

Piercings en el labio superior
Con los labios superiores es más de lo mismo. Los nombres de las perforaciones cambiarán según la zona donde se practique. Y lo que era un Labret normal en el labio inferior, en el labio superior se llama Medusa,
Por su parte, el Labret vertical también tiene su equivalente, que sería el Jestrum.
De nuevo encontramos variantes con nombres distintos según la disposición o la cantidad de pendientes, como Monroe y Madonna (en honor a los lunares de las actrices), como puedes ver en las imágenes de piercings de labio inferior.

Piercings de labio mixto
También se pueden combinar piercings arriba y abajo de la boca. Si nos hacemos un Labret y un Medusa, tendremos un Cyber Bites, y a dos pendientes paralelos en la comisura de los labios, a ambos lados de la boca, se les llama piercings Dahlia.

Igual que en el de la lengua, en los frenillos de los labios se pueden hacer perforaciones. En el frenillo del labio superior se llama Smiley y en el de abajo Smiley inferior.
Piercings faciales
Sin lugar a dudas, la cara es una superficie amplia donde ser creativas. El rostro ofrece un espacio en el que plasmar y mostrar nuestra personalidad. Desde la frente a la barbilla, los lugares donde ponerse un piercing y sus combinaciones son infinitas.
Si queremos piercings en las cejas podemos elegir entre el piercing de ceja; arriba y abajo de la misma, o el anti ceja; en el pómulo bajo el ojo. Y como puedes comprobar en la imagen de piercings en la cara, cuando tengamos capricho por algo más a mitad del rostro, están el piercing Dimple; en la mejilla, y el Tercer Ojo (Third Eye) en la frente.

Piercings corporales
Si la cara tenía posibilidades, el resto de tu cuerpo es como un lienzo en blanco desde el cuello hasta los genitales.
Piercings en el cuello
- Piercing Madison: Por delante y justo donde empieza el esternón, bajo el cuello, dos perforaciones en vertical u horizontal.
- Mordisco de Vampiro: Hace el efecto del mismo, con dos perforaciones en uno de los laterales del cuello. Es como un piercing de Halloween.
- Piercing de Nuca o Nape: Su propio nombre indica la situación ¡Cuida que no se te enganche con el pelo!
Piercings en el tronco
- Piercing de Pezón: Reservados para la intimidad y cada vez con más adeptos ya seas hombre o mujer.
- Piercings de Ombligo: La joya de la corona en cuanto a popularidad. Seguro que si el de la lengua no fue tu primer piercing, este sería el elegido.
- Piercing Hip: A los laterales de la barriga, casi en las caderas.
- Piercings en los Genitales: La vagina y el pene no se libran de sus propios piercings ni de algún nombre pintoresco como el Príncipe Alberto; un orificio que entra por la uretra y sale por la base del glande.

¿Cómo se hace un piercing?
Si no eres propietaria de uno y has llegado hasta aquí seguro que tienes curiosidad por saber cómo se pone un piercing. Creo que lo mejor es que lo veas en el vídeo y luego ya te cuento.
Si aún sigues encaprichada de un piercing y quieres saber más sobre cuál es su proceso de implantación, te lo cuento con detalle en unos simples pasos.
Indicar que como es muy probable que la persona que te lo practique no será doctor en medicina, no usará una anestesia local tan potente como la de un dentista (que es lo que nos gustaría). No obstante, sí podrá paliar el dolor utilizando un anestésico tópico, un spray de frío o un cubito de hielo.
Cómo implantar un piercing en 3 pasos
- El especialista pinta en tu piel el punto exacto sobre el que practicará la perforación para que verifiques que es el lugar correcto.
- Sujetando con unas pinzas, practicará el piercing con una aguja «esterilizada», a mano alzada o con una pistola, según la zona escogida.
- A través del hueco de la aguja o cánula introducirá el pendiente.
Por tu seguridad, no te hagas los piercings en casa. Debes acudir a un centro con especialistas e instalaciones homologados.
5 consejos previos a una sesión de piercing
Ante un evento tan importante en tu vida tendrás que hacer un estudio de mercado, igual que haces con cosas menos importantes. Así que llegado el momento de mutilar tu cuerpo no puedes saltarte este paso.
Si eres menor de edad, en España debes llevar una autorización paterna
- Si padeces alguna enfermedad sanguínea o cutánea pregunta a tu médico si es una buena idea hacerte un piercing.
- Acude acompañada a la cita. Nunca se sabe lo traumática que va a ser la intervención y tal vez necesites ayuda para volver a casa.
- Ve descansada, comida y bien hidratada. No estaría de más que llevaras una bebida isotónica saludable por si necesitas reponer energía en el momento.
- Busca un centro y especialista homologados que cumplan la normativa. Legalmente no puede poner un piercing cualquiera, ni en cualquier chiringuito.
- Además de tratar tus datos personales según la normativa RGPD, el centro debe facilitarte un documento de información y de consentimiento informado (que deberás firmar y llevarte copia), en el que se indique la técnica, materiales, posibles complicaciones y cuidados posteriores del piercing.
¿Duele hacerse un piercing?
Esto es como cuando te hacen una analítica. Unos se desmayan incluso antes de haber sido pinchados y otros pueden mirar detenidamente el proceso sin problema alguno. Pero sí, en general hacerse un piercing duele más o menos según la persona y la zona del cuerpo donde se practique.
Los piercings más famosos por ser dolorosos son el Septum, los de la lengua, los pezones, y claro está, los de los genitales.
¿Cuánto tarda en cicatrizar un piercing?
Pues como todo en la vida «depende». Depende de dónde te lo hayas hecho y de lo que tú ayudes con tus costumbres diarias. Pues al igual que con otras modificaciones corporales como tatuajes o implantes mamarios, tras hacerte un piercing debes seguir unas rutinas de comportamiento que favorezcan su cicatrización.
No beber alcohol, no fumar o mantener la zona higienizada ayuda al proceso, pero también depende de cómo reacciona el cuerpo.
Lo piercings de las orejas tienen tiempos de cicatrización diferentes. Por ejemplo, en el lóbulo es de 4 a 6 semanas, pero si se atraviesa el cartílago la cosa cambia y el tiempo se puede prolongar hasta un año.
Sabiendo esto, y como referencia, te dejo una lista de algunos tiempos de cicatrizado de los piercings más habituales:
- Lóbulo (oreja): entre 1 y 2 meses.
- Cartílagos (oreja): de 4 meses a 1 año.
- Nostril (nariz): de 2 a 4 meses.
- Septum (nariz): de 6 a 8 meses.
- Lengua: unas 4 semanas.
- Labios: de 2 a 3 meses.
- Cejas: entre mes y medio y 2 meses.
- Ombligo: de 4 meses hasta 1 año.
- Pezones: de 3 a 9 meses.
Cuidados de los piercings durante la cicatrización
El piercing no deja de ser una agresión corporal, en la que «de forma controlada» por un especialista se provoca un traumatismo (herida), y como tal, requiere de unos cuidados posteriores que te mantengan alejada de complicaciones y riesgos para tu salud.
Estos cuidados deben mantenerse durante todo el proceso de cicatrización
Las rutinas a seguir para que tu piercing cicatrice bien no son muy diferentes a las de cualquier otra herida, con la salvedad de que esta va a tener que soportar el piercing hasta que decidas retirarlo. ¿Tal vez con el paso de los años?
Básicamente el cuidado se limita a mantener la zona del piercing limpia, desinfectada e hidratada 2 veces al día, empezando el mismo día de la perforación.
- La primera norma es no quitarse el piercing y la segunda lavarse las manos con agua y jabón neutro antes de empezar la cura.
- Luego lávalo con agua templada y jabón neutro para ir ablandando las costras a la vez que desinfectamos el pendiente y el orificio. Insiste en la zona en cuestión con un bastoncillo de algodón para los oídos.
- El tercer paso es irrigar la zona con suero fisiológico, asegurándote de que penetra entre el pendiente y la perforación.
- Seca unos minutos al aire y repasa con una gasa esterilizada o bastoncillo. No uses un secador de pelo para acelerar el proceso, que llenaría tu piercing de gérmenes.
Que no se te ocurra estirar las costras si no están reblandecidas y casi sueltas
Estarás pensando que si tu piercing está en la lengua o en el frenillo no tendrás que pegar un trago de agua con jabón ¿verdad? 😳
Efectivamente. Cuando el piercing está dentro de la boca la desinfección consiste en limpiar la zona con suero fisiológico y terminar con un enjuague bucal antibacteriano sin alcohol.
Durante las primeras semanas aleja tus piercings de cremas, maquillajes, piscinas, saunas o de los rayos solares.
Posibles problemas ocasionados por los piercings
Por pequeña que sea, una intervención de este tipo causa inflamación y corre peligro de infección. Por eso es tan importante mantener la higiene al máximo, por lo menos durante el proceso de cicatrización.
A nivel estético el problema más común son los queloides. Que es cuando el tejido de la cicatriz crece de forma exagerada. Es como la marca que delata que alguna vez te pusieron una vacuna.
Si tienes tendencia a este tipo de «mala cicatrización», deberías plantearte que un piercing no es la mejor opción. En cambio, si no es lo habitual en ti y observas algo raro, lo ideal es que para reducir riegos te quites el piercing y acudas a tu médico de inmediato.
También tienes que contar con la posibilidad de que seas alérgica al níquel, presente en los materiales del pendiente y en los utensilios con los que te lo han realizado.
Mientras la herida no esté cicatrizada completamente mantén especial cuidado durante las relaciones sexuales. Las heridas abiertas facilitan la propagación de enfermedades de transmisión sexual.
Los piercings en la boca o los genitales generan sus propios problemas. El ambiente húmedo facilita la proliferación de gérmenes y una herida abierta en tu boca o zona íntima puede ser el acceso perfecto para que estos lleguen al organismo.
Además los piercings de la cavidad bucal provocan la retracción de las encías y daños en la piezas dentales. Sin contar que pueden terminar en tu aparato digestivo.
Sea como sea, si te has planteado ponerte un piercing nadie te va a hacer cambiar de idea, así que toma las precauciones pertinentes antes, durante y después.
Encontrarás más recomendaciones y consejos para tu bienestar en la sección de salud.